5 maneras de reducir la ansiedad como mamá de un niño pequeño
A medida que tu bebé se convierte en un niño pequeño, tus exigencias como madre aumentan. Tu hijo se vuelve más activo y sociable, y aprende a comunicar todos sus deseos y necesidades. Es un momento emocionante y esencial para ti y tu pequeño.
Para algunas mamás, la ansiedad crece al mismo ritmo que lo hacen sus hijos. Los niños pequeños comienzan a interactuar con el mundo que los rodea y son más curiosos. Empiezan a comer alimentos sólidos y caminar largas distancias solos y, en general, son más difíciles de vigilar que un bebé. Créenos, sabemos las ansiedades que sientes como madre de un niño pequeño.
ESTAS SON 5 MANERAS DE LIDIAR CON TU ANSIEDAD:
1. Acepta el hecho de que puedes sentir ansiedad.
Reconoce que ser madre de un niño exigente puede ser difícil y generar ansiedad. No intentes negar u ocultar el estrés de ser madre. Es un trabajo duro y pasarás muchos momentos difíciles. No te presiones excesivamente.
2. Reserva tiempo para ti.
El tiempo a solas es muy importante. Ya sea para recibir un masaje, ir a la pedicura o ver tu programa favorito, es esencial que crees tiempo para ti. Sí, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero si puedes tomarte aunque sea quince minutos en tu ajetreado día, aumentarás tu energía y aliviarás el estrés.
3. Acepta que no todo es perfecto.
Reconoce que la perfección es un estándar poco realista. Acepta las imperfecciones y la incertidumbre en la crianza de tu hijo. Está bien no tener todas las respuestas. Al aceptar la naturaleza impredecible de la niñez, puedes reducir la presión sobre ti misma y afrontar de mejor manera los desafíos.
4. Practica la meditación.
Los ejercicios de meditación pueden ser muy útiles para reducir la ansiedad. Te ayudarán a concentrarte más en el presente y reconocer que tu ansiedad son solo pensamientos y no verdades. Existen muchas apps que hacen que la práctica de la meditación sea más fácil que nunca.
5. Pide ayuda.
Muchas mamás creen que siempre tienen que “sonreír y aguantar”. Ser una supermamá es un concepto erróneo que tiene que cambiar. Las mamás deben recordar que su trabajo es duro y que, como en cualquier otro trabajo, necesitan ayuda. Buscar la ayuda de un terapeuta, un grupo de apoyo, un líder religioso, o incluso amigos y familiares, puede hacer la diferencia en la crianza de tu niño pequeño.